Regreso la mirada al Mar,
lo escucho y callo.
Respiro su inmensidad
para formar parte de él
-tímido roce de olas-
Imagino sus caricias,
las siento y nuevamente callo.
El Mar es lúcido y fuerte;
sólo vive para quienes lo conocen:
Tú
Yo
pero sobre todo ellos...
los pescadores.
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